¿Por qué quieres tirar la toalla?

Piensen en el ejemplo de Jesús. Mucha gente pecadora lo odió y lo hizo sufrir, pero él siguió adelante. Por eso, ustedes no deben rendirse ni desanimarse, (Hebreos 12:3)

¿Qué es lo que hoy día te tiene cansado y te promueve desistir?  ¿Los problemas con tu pareja? ¿La inestabilidad laborar o los problemas económicos que enfrentas? ¿La crianza de tus hijos? ¿El desamor o el rechazo de aquellos que valoras?  Todas estas son situaciones que enfrentamos en algún momento de nuestra vida y también son razones por las que desistimos en continuar.

Hace unos días, por la mañana, mientras llovía a cantaros vi a tres pájaros posarse en la barda de la casa en medio de la lluvia, estoicamente permanecieron ahí varios minutos hasta que la lluvia ceso y volvieron a emprender el vuelo.  Mientras los veía pensaba: “ellos mojándose sin queja alguna y yo desanimado por mis problemas personales”  Su vida es más dura que la mía en muchos sentidos y la enfrentan con mas desventajas que yo y sin embargo siguen con ella sin queja.  De ello nos habla el Apóstol Pablo en este pasaje.

El nos dice: “cuando se sientan sin ánimo, cuando quieran tirar la toalla, cuando creen que ya no tiene sentido continuar insistiendo y luchando, piensen en Jesús.  No olviden lo que el padeció sin quejarse y de cuanto odio, critica y burlas fue objeto mientras vivió entre nosotros”  Sabes, Jesús no claudico.  No debió haber sido fácil que todos le dieran la espalda en la Cruz.  No debió ser nada agradable que aun su familia lo quisiera hacer desistir, fue terrible ser el objeto de odio de toda una generación, y sin embargo no se dio por vencido.  No tiro la toalla.

Cuando pienses en que ya no vale la pena, recuerda lo que Él hizo y lo que en especial hizo por ti.  Cuando ser el objeto de las críticas de muchos te canse sigue su ejemplo, cuando te enteres que algunos te menosprecian, recuerda su ejemplo, cuando las cosas no salgan bien, recuerda como Jesús se mantuvo hasta pagar el precio.

Claudicar, no es una conducta deseada para quienes vivimos en el Reino de Dios.  No nos demos por vencidos, tal como Jesús nunca se dio ni se dará por vencido.  No tires la tolla.