Es pura gracia
Sé que no hemos sido destruidos
porque Dios nos tiene compasión.
23 Sé que cada mañana se renuevan
su gran amor y su fidelidad.
24 Por eso digo que en él confío;
¡Dios es todo para mí!
(Lamentaciones 3:22-24)
Cuando reviso mi vida, me doy cuenta de muchas incongruencias en las que he vivido, multitud de errores que he cometido y un sin número de omisiones en las que una y otra vez he transitado, en pocas palabras: mucho pecado. Pero también veo que Dios jamás se ha ido; a pesar de quien fui y he sido, Él siempre ha estado a mi lado aun y cuando yo me he olvidado de su amor y compañía. No queda otra sino dar gracias por su misericordia (compasión).
Cada uno de nosotros deberíamos de pagar un precio mas alto por nuestro error y sin embargo Dios, aunque nos deja sufrir las consecuencias de la falta cometida, siempre nos protege, nos sostiene y sobre todo, nos enfrenta con nuestro pecado a fin de que podamos venir a Él en arrepentimiento.
Cada día su amor y su fidelidad se renuevan en nuestra vida. No hay día en el que Él no esté pendientes de nuestra necesidad, no sea el consuelo exacto para nuestro corazón herido y la bendición en el tiempo oportuno. No me deja de sorprender cada mañana su ternura y la forma en que se acerca para tratar con nuestra vida. La forma en que me busca y la manera en que me muestra su amor. Nunca es igual. No hay una condición estándar. Cada día es especial y cada día con Él es único. Sus bendiciones siempre son especiales.
Demos gracias a Dios por su misericordia (compasión). Démosle gracias porque aunque merecemos su rechazo, Él nos lleva al arrepentimiento dulcemente y nos deja disfrutar de su amor y gracia cada día.
Comentarios
Publicar un comentario