¿Cómo llego al deseo de mi corazón?

Tú debes confiar en Dios.

Dedícate a hacer el bien,
establécete en la tierra
y mantente fiel a Dios.
Entrégale a Dios tu amor,
y él te dará lo que más deseas.
(salmo 37:3 y 4)

Cada vez que leo este salmo siempre llego a la conclusión de cuan mal estructuro mi vida y mis relaciones personales.  Paso mucho tiempo de mi vida tratando de alcanzar mis sueños y deseos siguiendo las instrucciones que aprendí de mis padres y adultos que me educaron, busco llegar a la meta que me he propuesto a través de los métodos que la sociedad me propone y nada.  Son mucho más frecuentes mis episodios de frustración que de alegría y éxito.  La razón es simple, y este salmo me lo recuerda: El método correcto para vivir en el deseo de mi corazón lo tiene Dios.
No hay posibilidad alguna de ser exitoso en la vida si no aprendo a confiar en Dios.  No se trata de ir cada domingo a la iglesia, sino de que mi vida se centre y estructure en la verdad declarada por El.  He aprendido a confiar en el que veo cada día con mis ojos físicos, en el que tiene influencias humanas, en el que tiene  una cuenta bancaria robusta, pero debo ser sincero, no he aprendido a confiar en Dios y ello no está bien.  Es por ello que los fracasos y dolores se acumulan al paso del tiempo.
Debo aprender hacer las cosas por las razones correctas.  Es decir, hacer lo correcto nunca es suficiente, se requiere hacer lo correcto por lo motivos correctos.  Es por ello que Dios “pesa los corazones” Yo aprendí a tener intenciones ocultas y algunas tan ocultas que ni yo me percato de ellas y por eso he terminado envuelto en situaciones sumamente dolorosas.  Este salmo me recuerda que debo hacer el bien para alcanzar el deseo de mi corazón.
He sido fiel a muchas cosas y aun en ocasiones a Dios, pero debo de confesar que no siempre ha sido así.  No se trata de ser leal a Dios, sino fiel, es decir que nada ni nadie ocupe en mi vida el lugar que solo a Él le corresponde.  No es fácil siendo producto de esta sociedad consumista, en donde las lealtades se arrendan según los intereses.  Sin embargo no tengo excusa, debo aprender a ser fiel a Dios en todo tiempo y bajo toda circunstancia.
No hay deseo verdaderamente cumplido sin vivir bajo estos tres principios fundamentales.  Podremos alcanzar gozos temporales, podremos esforzarnos y ver resultados parciales, pero nunca jamás veremos el deseo de nuestro corazón hecho realidad.  A mi aun me falta  pero quiero caminar en esa dirección.  Quiero aprender, quiero ser lo que Dios desea. ¿Y tú?

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