Obediencia


1 PEDRO 2:12-17
El respeto a las autoridades
13 Para que nadie hable mal de nuestro Señor Jesucristo, obedezcan a todas las autoridades del gobierno. Obedezcan al emperador romano, pues él tiene la máxima autoridad en el imperio. 14 Obedezcan también a los gobernantes. El emperador los ha puesto para castigar a los que hacen lo malo, y para premiar a los que hacen lo bueno. 15 Dios quiere que ustedes hagan el bien, para que la gente ignorante y tonta no tenga nada que decir en contra de ustedes.
16 Ustedes son libres porque son servidores de Dios. Pero no crean que por ser libres pueden hacer lo malo. 17 Respeten a todos, y amen de manera especial a los miembros de la iglesia. Honren a Dios y respeten al emperador romano.


Obedecer es una palabra muy mal publicitada en nuestra cultura.  Después de la década de los 60’s el acto de obedecer se hizo sinónimo de manipulación.  En nuestra sociedad el que obedece es el manipulado, el que no tiene criterio, el que desconoce una realidad que se considera mejor y a la que a través de la fuerza se debe uno de dirigir.  Sin embargo en el Reino de Dios no es así.  El que obedece camina la ruta correcta, camina seguro por la vida y está acorde a la voluntad de Dios.
Obedecer habla bien de nuestro Señor
Obedecer en términos generales habla bien de nuestra procedencia.  La forma en que actuamos, lo que valoramos, la forma en que expresamos nuestras emociones, etc. Sin lugar a dudas son referencia de nuestro origen.  Habla bien o mal de nuestra familia.  Tal hecho no solo lo podemos referir a lo físico, sino también incluyen “nuestro genes” espirituales.  Por ello Pedro dice que el creyente debe “obedecer” a sus autoridad a fin de que nadie pueda decir nada malo de nuestro Señor Jesucristo.  El creyente no puede vivir en rebelión y constante juicio hacia sus autoridades pues ello no está “en sus genes” 
Cabe hacer mención que cuando hablamos de autoridades nos referimos a los padres, maestros, jefes, representantes civiles, etc.
Obedecer es hacer bien
Obedecer es una conducta que da buen testimonio.  Es decir, el testimonio no se construye solo a través de lo que decimos creer, sino se edifica desde lo que hacemos, lo cual refleja lo que en realidad creemos, sentimos y valoramos.  Pedro aquí nos insiste en el hecho de que si nos conducimos en obediencia, seguro los no creyente no podrán decir nada malo de la iglesia, pero si actuamos en desobediencia seguramente lo harán.
La libertar no nos exime de la obediencia.
Pedro nos hace una referencia muy importante: ser libres no nos da el derecho de actuar sin control.  El texto no señala el hecho de que la libertad recibida nos hace “servidores” de Dios, lo que significa que la libertad que gozamos no es un instrumento de emancipación, sino mas bien nos remite a  la vida bajo los valores del REINO DE DIOS.  No fuimos hechos libres por Cristo para actuar en rebelión sino en obediencia.
Conclusión
Obedecer en nuestro llamado. Obedecer habla de quiénes somos y hacia dónde vamos.  Obedecer nos permite caminar en la verdad del Reino de Dios y en la seguridad de estar cerca del Padre.

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