LOS INCOVENIENTES LABORALES Y EL REINO DE DIOS


18 A los esclavos y a las esclavas les mando que obedezcan a sus amos y que los respeten. Pero no sólo a los que son buenos y comprensivos, sino también a los que son malos. 19 Dios bendice a los que, por ser fieles a él, sufren injustamente y soportan el sufrimiento. 20 Si alguno es castigado por hacer algo malo, y soporta con paciencia el castigo, no está haciendo nada extraordinario. Pero si uno sufre y soporta el sufrimiento por haber hecho algo bueno, Dios lo bendecirá.
21 Si acaso sufren injustamente, recuerden que Dios les ha ordenado sufrir con paciencia. Y en eso Cristo les ha dado el ejemplo, para que hagan lo mismo, pues él sufrió por ustedes. 22 Cristo no pecó nunca, y jamás engañó a nadie. 23 Cuando lo insultaban, jamás contestaba con insultos, y jamás amenazó a quienes lo hicieron sufrir. Más bien, dejó que Dios lo cuidara y se encargara de todo, pues Dios juzga a todos con justicia. 24 Cristo hizo suyos nuestros pecados, y por eso murió en la cruz. Lo hizo para que nosotros dejemos por completo de hacer el mal, y vivamos haciendo el bien. Cristo fue herido para que ustedes fueran sanados. 25 Antes, ustedes andaban como ovejas perdidas, pero ahora han regresado a Cristo, que es como un pastor que los cuida y los protege.
(1 PEDRO 2:18-25)

La vida laboral es una actividad sumamente necesaria para el sr humano de todos los tiempos.  Trabajar es la única forma de poder pagar por las cuentas personales y familiares.  Incluso la Biblia sentencia que el que no trabaja que no coma.  Sin embargo la ida laboral es una fuente inagotable en muchas ocasiones de situaciones problemáticas y frustraciones, por lo que si no le damos el sentido correcto según la Palabra, seguramente nos sentiremos mal con ella.

EL CREYENTE Y LOS JEFES IN JUSTOS
No todo es como queremos y es peor si no le damos el significado correcto a las cosas.  Pedro nos da dos instrucciones en relación a nuestros Jefes: debemos obedecerles y respetarles.  Esto significa que nuestro llamado por parte de Dios no es a estimarlo o a entenderlos, sino a obedecerlos y a darle valor a sus instrucciones.  Debemos de recordar que en la sección anterior del 1 Pedro, se nos muestra que aquello que vivimos en el REINO DE DIOS valoramos la autoridad, dado que ella nos permite caminar seguros y haciéndolo obedecemos y nos identificamos con el PADRE.
Esta demanda exige de nosotros tratar con la soberbia, ya que esta siempre nos inclinara hacia la rebelión.  Sin embargo en la medida de que nuestro carácter se ajuste a los valores del REINO, seguramente podremos obedecer y respetar a quienes estar en autoridad sobre nosotros en nuestras aéreas de trabajo.

EL CREYENTE Y EL TRATO LABORAL INJUSTO
No todos los jefes son justos, ni todas las organizaciones laborales ofrecen un trato digno a sus empleados.  El ANTI REINO también se hace manifiesto en la palabra dura he hiriente de parte de los jefes, en el sueldo mezquino, en  la retención de las prestaciones que la ley dictamina, etc.  Es de humanos pensar que una trato así nos da el derecho de ser críticos, poco comprometidos con los objetivos organizacionales y aun desobedientes, sin embrago no debe ser así.  Pedro nos anima a entender que no fuimos llamados a ser premiados por nuestros iguales, sino que el premio que esperamos esta en los cielos.  Esto no significa que no podemos luchar por mejores condiciones de trabajo, sino que aun y cuando lo hagamos, nuestro comportamiento siempre deberá der de respeto, entendiendo que  nuestra corona nos espera en donde esta nuestra verdadera ciudadanía.


PERCIBIR DE FORMA CORRECTA AL TRABAJO
Antes de conocer a Jesús, éramos personas que actuábamos en desobediencia, porque ello nos generaba la fantasía de que a través de ellos equilibrábamos las cosas, pero ahora que hemos venido al REINO, debemos percibir las cosas con los ojos del PADRE.
No nos toca a nosotros juzgar el operar de otros y menos de quienes están en autoridad, no nos toca a nosotros ser jueces de la conducta de nuestros jefes.  Podemos pedir lo que la ley nos garantiza y debemos hacerlo a través de los causes legales, pero ello no  nos da el derechos de desobedecer, actuar en desacato, porque de hacerlo hablamos mal de aquel que nos salvo.
El trabajo fue idea de Dios.  El trabajo que hoy tenemos es regalo de Dios y es a Él a quien le daremos cuenta de nuestra conducta laboral.  La autoridad de nuestros jefes procede de Dios mismo y no verlo así es caminar el sentido contrario al REINO en el cual estamos.

Pedro nos muestra que las situaciones laborales difíciles siempre existirán y que quienes estamos en el REINO DE DIOS debemos mantener una conducta de respeto, obediencia y tolerancia.  Aun y cuando exijamos nuestros derechos siempre debemos hacerlo en ese tenor.  Ser empleados flojos, desobedientes, críticos, conflictivos no va con la verdad que se nos revela en La Palabra.

Comentarios

Entradas populares